Más allá de los nombres recurrentes y que todo el mundo,
hasta el habitual lector de Marca de cafetería conoce; siempre es interesante
analizar en la previa de las grandes vueltas a cierto tipo de corredores que
pueden darse a conocer, o simplemente dar un paso más en su carrera.
Si por algo se caracteriza en los últimos años la Vuelta, es
por las grandes sorpresas que viene deparando en las clasificaciones generales –más
allá de bomberadas espectaculares, que también añadiremos-. La lista es larga,
con Isidro Nozal, Santi Pérez, Juanjo Cobo o Chris Horner; Peter Velits,
Ezequiel Mosquera en un segundo nivel. Corredores con calidad –buenos médicos
también-, pero que jamás se podrían haber nombrado como favoritos en la previa
a las Vueltas que les vieron irrumpir con violencia.
¿Y este año? Este año, será difícil alcanzar no ya la
victoria final sino un puesto de honor; debido a la concurrela que se
presentará en Marbella este próximo sábado: Froome, Quintana, Valverde –el podio
del Tour 2015 al completo-, Purito, Nibali, Aru, Landa, Van Garderen, Rolland…vaya,
todos menos Contador para poder juntar a los podios al completo de las 3
últimas Grandes Vueltas.
Uno de los nombres que con más fuerza han sonado este
verano, ha sido el de Joe Dombrowski. Tras un paso discreto por SKY, con
lesiones importantes en el año 2014 que le dejaron prácticamente en blanco, esta
temporada se incorporó al Garmin-Cannondale de Jonathan ‘Don Limpio’ Vaughters.
Y podemos decir que el cambio le ha sentado muy bien. Buenas clasificaciones a
comienzos de año en San Luis y Trentino, que se vieron refrendadas en
California –aunque eclipsado por los monstrusos Sagan y Alaphilippe- y Suiza.
Aunque su nombre entró frontalmente en escena apenas hace
una semana, en el Tour de Utah, con una victoria de etapa brutal en Snowbird –allá
donde Horner ya dejó muestras en vísperas de la Vuelta 2013- y haciéndose con
la general. De acuerdo con que la concúrrela no era la mejor posible, pero vale
la pena ver la ascensión que hace con él en primera persona y con unos niveles
W/kg muy similares a los que registró Horner hace un par de años. Además, Utah
es un banco de pruebas genial, debido a la altitud en la que se establecen los
ciclistas y la ubicación en el calendario: suelen aparecer supercompensaciones
brutales al cabo de un par de semanas.
Será difícil que brille al nivel de rondar podio, pero
esperamos volver a ver al joven que dejó tirado a Fabio Aru en el Gavia durante
la disputa del Giro Bio hace no tanto tiempo.
Otro de los nombres que debemos seguir es el del joven
australiano Caleb Ewan, del Orica Green Edge. El velocista, que está en su
primera temporada como profesional –el año pasado comenzó su relación con Orica
en Agosto, como stagiare-, aunque ya lleve años dando muestras de su talento, afronta
su primera Gran Vuelta y no sabemos cómo asimilará las 3 semanas que le
esperan.
Campeón junior de su país en 2010 y 2011, de CRI en 2012,
triunfos parciales en el Tour del Porvenir en 2013 y 2014, 4º y 2º en los
Mundiales sub-23 en 2013 y 2014; sin duda, no estamos ante ningún ‘piernas’.
Este año, ha cosechado buenos triunfos ante velocistas como Farrar, Impey,
Barbero o Guardini, y en Polonia más
recientemente fue capaz de ponérselo muy difícil a Kittel en la llegada de la
etapa inaugural. Es evidente que el pequeño velocista lo tendrá complicado
frente a auténticos bichos como Degenkolb, Bouhanni o Sagan en las llegadas
masivas de la Vuelta, pero sin duda será uno de los ciclistas a seguir de cara
al futuro. Orica ha traído un equipo sin aspiraciones demasiado elevadas, y
esperemos que nos dejen saborear al menos algún dia, la calidad de Ewan
trabajando para él.
Otro joven prometedor, en este caso de la tierra, es Carlos
Barbero. El burgalés, del equipo Caja Rural lleva un año en clara progresión y
con el punto de mira puesto en la carrera que comenzará el sábado.
Ha demostrado su fortaleza en los últimos meses con buenos
puestos ante consumados velocistas como Modolo o Cavendish en Turquía; y
afinando su preparación para la Vuelta fue tercero en Getxo –que podría haberse
llevado, de no haber mediado el incidente con Lobato en la llegada- y se hizo
con la victoria en el uphill de Clunia en la Vuelta a Burgos –nada menos que
ante Dani Moreno, todo un ganador de Flecha Valona-.
Veremos de qué es capaz ante la nómina de velocistas y
uphill-finisher que acudirán a la Vuelta; pero de seguir con la tendencia que
trae, no descartamos que pueda hacerse con algún triunfo parcial. Cuanto menos,
será segura su presencia en los primeros puestos en etapas que le son
propicias.
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